CERRO CASTOR: ESQUIAR EN EL FIN DEL MUNDO
En el extremo sur del continente, donde la cordillera de los Andes se encuentra con el hielo y el mar, Cerro Castor se alza como el centro de esquí más austral del mundo. Su ubicación privilegiada garantiza una temporada de nieve más larga y estable que en cualquier otro punto de Sudamérica, y su infraestructura moderna lo convierte en un destino ideal tanto para esquiadores experimentados como para quienes se calzan los esquíes por primera vez. En este post, te contamos todo lo que necesitás saber sobre este paraíso blanco que hace de Ushuaia una meca del invierno.

Ubicado a tan solo 26 km de Ushuaia, en Tierra del Fuego, Cerro Castor no es solo un centro de esquí: es una experiencia única en el extremo más austral del planeta. Este destino se distingue por ofrecer una de las temporadas más largas del hemisferio sur, con nieve de excelente calidad desde junio hasta octubre. Gracias a su ubicación estratégica en el paralelo 54° sur —similar al de Moscú o Labrador en el hemisferio norte— Cerro Castor mantiene temperaturas más bajas y estables, lo que asegura nieve seca y compacta, ideal para esquiar.


El complejo cuenta con 650 hectáreas esquiables, 35 pistas de diferentes niveles de dificultad, 13 medios de elevación, un snowpark para quienes buscan adrenalina, un circuito de ski cross, y zonas especialmente diseñadas para principiantes y esquiadores fuera de pista.

En cuanto a su gastronomía, es escencial estar bien alimentado para una buena experiencia esquinado. Por eso, Castor te ofrece una variedad de restaurantes, tanto arriba de la montaña, como en la base, para que puedas disfrutar de excelentes propuestas gastronómicas.
En la base del cerro, se encuentra Morada del Águila, el restaurante insignia de Cerro Castor. Con su estilo acogedor de montaña, hogar a leña y una ambientación rústica que combina piedra y madera, este restó es una verdadera experiencia en sí misma. Allí se pueden degustar platos típicos fueguinos como el cordero a la cruz, centolla o merluza negra, junto con opciones internacionales y pastelería artesanal. Es el lugar perfecto para hacer una pausa después de esquiar o simplemente disfrutar del atardecer con un chocolate caliente o un buen vino, rodeado por la belleza del bosque nevado.
Arriba de la montaña, se destacan espacios como El Rancho, Viejo Castor y Terrazas del Castor, que ofrecen menús prácticos y sabrosos con vista panorámica a los bosques fueguinos. Desde hamburguesas y pastas hasta opciones más reconfortantes como guisos y sopas calientes, estos paradores permiten disfrutar de un almuerzo en plena montaña, rodeado de un paisaje inigualable. La mayoría cuentan con terrazas exteriores, ideales para relajarse al sol si el clima lo permite, y también con interiores calefaccionados que conservan el estilo rústico y alpino característico del cerro. Sin duda, una experiencia que combina buena gastronomía, vistas únicas y la comodidad de comer a pasos de la nieve.




NUESTRA VISIÓN:
Cerro Castor no es solo un lugar para esquiar: es una experiencia completa en plena naturaleza, con propuestas para todas las edades y niveles. Para aprovechar al máximo tu visita, te recomendamos llegar temprano, sobre todo en fines de semana o vacaciones, y alquilar el equipo con anticipación si no llevás el tuyo. También es buena idea reservar con tiempo si pensás almorzar en la base, especialmente en el restaurante Morada del Águila, un imperdible de la gastronomía fueguina. Ya sea que vayas por deporte, paisajes o relax, Cerro Castor te espera con la mejor nieve del sur y una aventura inolvidable en cada bajada.