Lo sorprendente de la Grecia moderna
El imaginario popular vincula automáticamente a Grecia con aquellos ilustrados que sentaron las bases de la filosofía occidental, la matemática, la democracia o los juegos olímpicos. Muy lejos de la Grecia moderna, que surgió después de la guerra de la independencia contra los turcos.
Allí están las ruinas de la Acrópolis, el Peloponeso o Delos como vestigio de la cuna de la civilización occidental, pero el resto es una caja de Pandora que sorprende al visitante y lo enamora.
Una Grecia viva, que se comunica a los gritos en los mercados, conduce caóticamente, y que tiene una excelente cocina mediterránea, aunque su café es más fuerte y amargo que el peor ristretto italiano.
Nos enamoramos de la belleza de Sartorini, de los pelícanos de Mykonos y de la mitología de Creta. De de los pueblos con muros impecablemente blancos que precipitan sobre el mar turquesa, de sus callecitas angostas y empinadas, de sus flores, de sus ventanas azules siempre abiertas al mar. Y sobre todo, nos enamoramos de ese mar azul profundo, que a veces se mimetiza con el cielo y que es protagonista absoluto de la belleza natural de Grecia.
MYKONOS
Esta pequeña isla del mar Egeo se ha convertido en uno de los destinos favoritos de Grecia. Tiene una perfecta combinación de playas paradisíacas, vida nocturna, y el típico encanto de los pequeños pueblos de casas blancas que se recortan sobre el mar turquesa.
SARTORINI
Se la conoce como la “isla en azul y blanco”, considerada como la más linda de todas las islas griegas.
CRETA
Si pueden, conozcan Creta! Es la isla más grande de Grecia y una de la menos visitada. La mitológica isla del Laberinto del Minotauro tiene unos paisajes naturales tan diversos que la hacen única.
Lo que hay que saber
– Una buena opción es realizar un crucero por las islas y conocer los puertos de Kudasi y Patmos.
– Si les gusta la arqueología, les recomendamos visitar el yacimiento de Delos, muy cerca de Mykonos.
NUESTRA VISIÓN:
Nadie puede pasar por Grecia sin empaparse de mitología, pero este país no se agota ahí.
No se puede dejar de conocer la belleza de playas ni embriagarse con su mar turquesa y sus pueblos blancos.