"Una experiencia que combina tradición y glamour"
Siempre fui una enamorada de la Navidad, y el año pasado tuve la oportunidad de viajar para esa época a un destino muy particular: Montecarlo, el epicentro de Mónaco. Llegué con muchas expectativas, y realmente, esta experiencia las superó.
Sinónimo de glamour, casinos y velocidad, es también uno de los destinos de Europa que mejor definen el concepto de lujo de la vieja escuela. Y la navidad monegasca, fiel a sus tradiciones, es una prueba de ello.
Mónaco es un principado independiente que tiene apenas 2,02 km2, y para llegar lo más práctico es volar hasta el aeropuerto de Niza (a 40 minutos de auto). También es usual llegar en auto, sobre todo cuando se recorre la costa azul.

Denise Arciello
Senior Travel Consultant
La magia de la Navidad en Mónaco
Llegué a la Plaza del Casino de Montecarlo el sábado 30 de Noviembre, en una tarde fresca pero muy soleada, en pleno invierno europeo. El ambiente estaba cargado de emoción: turistas, locales y curiosos se agrupaban frente al imponente Casino, esperando el momento en que se encendería el árbol de Navidad por la noche. Esta tradición, que es bastante común en todas ciudades europeas, en Mónaco se ve potenciada porque las encienda la familia del Príncipe.
En este caso, llegó con su esposa y sus hijos, los mellizos Jacques y Gabrielle, quienes fueron los encargados de pulsar el botón del encendido oficial.
El espectáculo comenzó y las luces que iban iluminando poco a poco cada rincón.
Cuando finalmente el árbol brilló con miles de luces doradas y plateadas, la plaza se convirtió en un auténtico escenario de cuento.
Dato importante: Si quieren vivir el espíritu navideño en cualquier ciudad tradicional, es importante considerar que la mayoría de los eventos se producen entre mediados de Noviembre y principios de diciembre.
Dos imperdibles de Mónaco
CONDUCIR UNA FERRARI
No podíamos irnos sin vivir esa experiencia! Esta vez, de copiloto pero quizás la próxima me anime a manejarla.
La sensación de pasar por las mismas calles del circuito para la Fórmula 1 y escuchar el motor acelerar fue indescriptible: adrenalina pura, con el Mediterráneo como telón de fondo.
Si tienen la oportunidad, no se la pierdan: pasar por el puerto, el famoso túnel del Gran Premio y las curvas que tantas veces vieron en televisión, y terminen viendo el atardecer sobre la riviera.
CAMBIO DE GUARDIA
Si de tradiciones se trata, es casi obligado asistir al famoso cambio de guardia frente al Palacio del Príncipe. Siempre había escuchado que era uno de esos rituales que mezclan solemnidad, historia y encanto.
Todos los días a las 11.55 en punto, los soldados del Príncipe aparecen impecablemente uniformados, con sus cascos brillantes y movimientos perfectamente sincronizados para realizar esta ceremonia centenaria. Es muy importante llegar con anticipación porque la plaza suele estar repleta de turistas que esperan ansiosos.
Me sorprendió lo cerca que uno puede estar de la ceremonia: no hay grandes barreras, y eso hace que todo se sienta más auténtico y cercano.
El cambio de guardia dura solo unos minutos, pero son suficiente para transportarnos en el tiempo y hacernos sentir parte de una historia viva.
Al finalizar, la muchedumbre se dispersó por las callecitas medievales de Le Rocher, y yo decidí perderme también entre sus miradores y cafés con vistas al Mediterráneo.
Tres hoteles emblemáticos
En esta oportunidad, me hospedé en el Hotel Hermitage, un lugar que combina historia, elegancia y vistas impresionantes al puerto.
Desde que entré, con su estilo Belle Époque y su cúpula de cristal, sentí que estaba en un escenario de película. El servicio fue impecable y cada rincón del hotel parecía pensado para hacerte sentir parte de la realeza.
No podía irme de Mónaco sin conocer los otros dos íconos de la ciudad: el Hotel de Paris, con su aire contemporáneo y su ubicación privilegiada frente al Casino. Un hotel ideal para quienes buscan «ser vistos» y el moderno Monte-Carlo Bay Hotel & Resort, a unos 5 min en auto de la plaza principal con un ambiente más relajado y familiar. Cada uno tiene su encanto, y recorrerlos fue casi como hacer un viaje dentro del viaje.

Hotel Hermitage

Hotel de Paris

Monte Carlo Bay Hotel & Resort
En estos hoteles, por ser miembros de Virtuoso, todos los pasajeros de Iunik tienen acceso a beneficios especiales:
– Noches sin cargo para alargar su estadía
– Upgrades de cortesía
– Early check in y Late check out, sin cargo, sujeto a disponibilidad
– Vouchers de crédito para ser utilizado en servicios dentro del hotel
Por supuesto, no podía irme sin entrar al legendario Casino de Montecarlo. Su interior es impresionante, lleno de detalles que recuerdan a otra época. Decidí jugar una ficha, más por la experiencia que por la apuesta… ¡y la adrenalina de estar allí fue suficiente premio!
«Este viaje a Mónaco fue una combinación perfecta de tradición navideña, glamour, historia y emociones. Hospedarme en hoteles legendarios, presenciar el encendido del árbol junto al príncipe, jugar en el Casino y sentir la potencia de un Ferrari hicieron de esta Navidad una experiencia verdaderamente única.» Denise Arciello